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Casi a diario es recurrente oír acerca de la influencia de las redes sociales en nuestra vida, ya es casi un mantra, pero no deja de ser curioso la manera en que nos pueden llegar a influir. Hoy hablamos de la belleza 3.0, de cómo las redes sociales han cambiado el paradigma social y se han convertido en el eje vertebrador de la sociedad. Cualquier persona puede convertirse en redactor, director y ser dueño de su propio canal de comunicación.

Esta forma heterogénea de entender la comunicación ha cambiado realmente nuestros hábitos, un claro ejemplo de ello es el último subcampeón olímpico de jabalina, El atleta keniano Yulius Yego, que aprendió y mejoró su técnica de lanzamiento gracias a tutoriales en Youtube. Esta forma tan directa y sencilla en la que nos llega la información nos puede convertir en expertos de casi cualquier cosa y sentir curiosidad por temas que a priori no nos generarían interés.

Dentro del maremágnum de contenidos que nos ofrecen redes como Instragram y Youtube, el cuidado personal es uno de los temas más solicitados por los internautas. Se cuentan por decenas los canales dedicados a la belleza y el cuidado personal, y por millones las audiencias que generan. La diversidad de canales y las diferentes formas de comunicar han captado la atención de propios y extraños de la materia, y es que, el interés por consumir este tipo de contenidos no se puede explicar sin la existencia de las redes sociales.

La belleza 3.0. de la que hablamos, ha dejado de ser un mercado estereotipado, y cada vez son más las personas que se interesan en él. Las estadísticas siempre han estado del lado de la mujer, pero ahora los hombres también son los que se interesan por consumir este tipo de contenidos e incluso, generarlos. Los canales de belleza dedicados al hombre están creciendo exponencialmente en Youtube. El cuidado de la barba, la nutrición, las tendencias en moda y el cuidado de la piel, son temas cada vez más demandados por el sector masculino. Y es que el abanico de contenidos en lo referido al cuidado personal es casi infinito. Este hecho no ha pasado desapercibido para las marcas, que han visto un filón a la hora de utilizar las redes sociales para promocionar sus productos. Los influencers se han convertidos en auténticos gurús de la belleza que acaparan todos los focos, hoy en día una simple foto del influencer de referencia con un producto de cuidado personal, puede suponer miles de ventas y convertir un producto en tendencia.

Todo parece ser una ingeniería perfecta, un mecanismo que contempla a todos los protagonistas, creadores de contenido, audiencia, marcas y consumidores, pero un pequeño desliz puede mandar al traste años de trabajo y posicionamiento. Tanto marcas como influencers deben de ser meticulosos a la hora de elegir a sus respectivos. Conocidos son los casos en los que un influencer de renombre, decide hacer una colaboración con una marca para promocionar un producto, y que dicho producto se convierta en su espada de Damocles, ya sea por su baja calidad o porque no cumple lo que promete, perdiendo así toda credibilidad futura de su público.

Por otro lado, también son conocidos los casos donde las marcas ponen toda la carne en el asador, eligiendo a un influencer para que sea su imagen, hasta que el influencer proyecta una imagen pública no deseada o no favorable para la empresa, haciendo a la marca copartícipe de sus acciones. A fin de cuentas, Las redes sociales son una excelente herramienta para comunicar, pero son el fiel reflejo de la sociedad, tanto para lo bueno, como para lo malo.

PACO MAZA

Experto en marketing cosmético y gran fan de Youtube

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